martes, 6 de octubre de 2009

Cabueñes. El nuevo edificio del hospital ha permitido una mejora de espacios y la modernización del archivo de historias clínicas

A. RUBIERA



La ampliación del Hospital de Cabueñes está ya en su recta final. La construcción del nuevo edificio que albergará a partir del próximo año el gran área del corazón del área V, con la ansiada sección de hemodinámica incluida, ha permitido que por añadidura otros servicios del hospital estén de enhorabuena e, incluso, estén ya perfectamente instalados. El archivo es uno de ellos. Su mal endémico, el constreñimiento de espacio, ha sido por fin paliado.

«En el edificio antiguo ocupábamos 2.400 metros lineales y ahora hemos pasado a tener 3.500 metros. Es un salto cualitativo que nos deja muy satisfechos, sobre todo porque hemos podido organizar los espacios de trabajo de forma diferenciada y para nosotros es fundamental», explica Jesús Colomo, responsable de un servicio que tiene en plantilla a 25 personas, en su gran mayoría auxiliares administrativos.

Pese a que el suyo no es trabajo con pacientes, ni de su buen diagnóstico depende la salud de nadie, se saben la columna vertebral de la atención sanitaria especializada. De ellos depende que los médicos tengan puntualmente sobre su mesa las historias clínicas donde se registran todos los datos de interés sanitario sobre el paciente al que tienen que atender ese día. Y esas mesas pueden estar en el propio hospital -en la zona de consultas ambulatorias y en las plantas de ingreso- o, para mayor complicación, en puntos tan distantes como los ambulatorios de Pumarín, Puerta la Villa o la Casa del Mar.

«La historia clínica es la memoria del paciente; debe reunir la suficiente información como para que sea útil al profesional. Y, además, tiene que estar a disposición del especialista en muy poco tiempo. Todos somos conscientes de que son documentos de peso», explica Juan Colomo. Y el peso no es metafórico. Colomo no sabe cuántas toneladas pueden llegar a pesar las miles de carpetas que tienen archivadas, pero igual antes (en su anterior emplazamiento) que ahora, en el sótano del nuevo edificio, el suelo que pisan «necesita estar reforzado para no tener problemas con el peso del archivo. Son muchos kilos de carpetas. Sólo hay que pensar que en el hospital no se hace nada sin las historias clínicas», apunta Colomo.

¿Y cuántas historias hay abiertas sobre pacientes que han pasado por Cabueñes? «A día de hoy tenemos 515.408. Casi duplican a la población de Gijón, Carreño y Villaviciosa, que son las ciudades de nuestra área. Hay que tener en cuenta que eso incluye las historias de fallecidos, que no se pueden destruir porque aún pueden ser necesarias durante mucho tiempo, y las de los pacientes de incidencia turística, que no son del área pero han sido atendidos en el hospital», explica Colomo.

Por operatividad, y por economizar espacio -«que los metros cuadrados sanitarios son muy caros»-, en Cabueñes sólo están archivadas 155.301 historias y se espera llegar a las 160.000. El resto están en el polígono de Asipo, custodiadas por una empresa privada que tiene el compromiso de enviar a Gijón todo lo que se necesite de un día para otro y en menos de 45 minutos si la consulta es urgente. «Se considera que un archivo hospitalario tiene unos niveles muy buenos de disponibilidad si tiene en sus fondos el 50% de las historias clínicas de la población de su área protegida. Y cumplimos sobradamente con ese parámetro», dice Colomo. Al día, su departamento mueve más de 2.300 carpetas: 1.800 historias clínicas que van a consultas externas; otras 500 más salen a urgencias, a las plantas de hospitalización o se requieren para investigación. Y a eso se suma unas 700 radiografías, que también gestiona el servicio de archivo. El orgullo de Jesús Colomo y sus compañeros está en decir que «enviamos al día entre el 97 y el 95% de todo lo que nos piden. Sabemos que ese nivel de eficacia es básico para el buen funcionamiento de Cabueñes y estamos comprometidos en esa labor». Tanto como en la de ir poco a poco depurando unos archivos que no son perfectos, y que siempre incluyen algún duplicado innecesario. «Tenemos un nivel de duplicación de 0,14% y ésa es una cifra de la que muy pocos hospitales pueden presumir», aclara el jefe.

El nuevo espacio también ha permitido dar calidad de vida a los empleados del servicio. Esa calidad se traduce en modernización ya que las pesadas estanterías del archivo han dejado de tener que ser movidas a mano, con ruedas giratorias que acababan por provocar lesiones de hombros, para ver cómo se desplazan con un mecanismo automático. Es sólo una anécdota, pero es genial.

Historias clínicas

Cabueñes tiene abiertas 515.408 historias clínicas; se considera que están en activo (custodiadas en el propio hospital) 155.301.

Placas de radiología

El archivo radiológico va ya por 333.953 sobres, de los cuales se custodian en el hospital 98.053

Movimiento

A diario el servicio de archivo mueve 1.800 historias para las consultas ambulatorias; otras 500 más para urgencias, hospitalización, investigación o información; y también a diario mueven 700 radiografías.

Servicio

Las 25 personas del servicio disponen de 3.500 metros cuadrados en el sótano del nuevo edificio

http://www.lne.es/gijon/2009/10/06/servicio-peso-cabuenes/817153.html.

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